24 dic 2010

¡Que me den un collar de caramelos!

Hacerse adulto es aprender a recibir estos palos con una sonrisa, a buscarle el lado bueno a la vida, tanto como al vino y al jamón ibérico. Vivir, vivir y resistir... pk eso es felicidad! Como si aquello existiera!  Gracias, pero prefiero ser feliz con un collar de caramelos. Digamos que nunca he sido muy partidaria de hacerme mayor, no quiero guardar esta niña interior para cuando lo digan en las funciones de teatro, no quiero que el vino me sepa bien. Me gusta ser feliz dando saltitos por la calle con un collar de caramelos. Me gusta ir por ahí con mis cuestiones filosóficas a visitar perros ajenos y sentarme al viento a observar mi cárcel, el mar. Ya sea cerca del Rocamar, debajo del parque, enfrente del barco de la virgen, o allá en lo alto, con toda Santa Cruz a mi vista, el Corte Inglés decorado de Navidad y el auditorio. No quiero darme cuenta de que en la vida estas sola de verdad. Allá no hay Lía ni mamá ni nada a lo que sujetarte. Tú sola y nada, nada, nada, más...


Pk todo lo que creía que perduraría para siempre se rompe.

1 comentario:

  1. Hm, nosé si la felicidad existe ._.
    estamos iguales. (?, y también sobre visitar perros ajenos :B,
    te sigo; si queres me seguis,
    realmente me encanta tu blog n__n'

    Beso,
    Skye~

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