29 nov 2010

Retazos de relatos.

Cuando desperté, la luz me cegó. Cuando por fin pude hacerme a la luz, vi que me encontraba en el campo, rodeada de montañas y un par de casas de madera. Las reconocí, era donde me había criado, y nada había cambiado. Me acerqué al campo de enfrente, donde correteaba Risco, cual cachorrillo. Me senté a su lado dejándome lamer y atisbando el horizonte. Los pequeños rayos de sol me acariciaban la piel y el viento mecía las plantas. Observaba yo el paisaje, cuando noté una mano en mi hombro. Me giré, y era Luca. Una sonrisa se dibujó en mi cara. Pero entonces, de repente, empecé a sentir que tiraban de mí. Al principio fueron unas débiles punzadas, pero después eran tan fuertes que se me desdibujaba el paisaje. En una última y más dolorosa punzada, todo se volvió negro. (...)

24 nov 2010

SMALL.

¿Nunca jamás os a pasado, que conoceis a alguien tan afín contigo, que después cuando te quieres olvidar de él no encontráis a nadie igual? Que todos se os quedan pequeños, en comparación con él. Que el es justo lo que quieres y cómo lo quieres. Que te hace pensar con cada palabra que suelta, como si fuese un gran sabio conocedor de todo, por el que sientes una pequeña envidia -sana-. Con el que compartes series -y personajes-, libros, música -e incluso amplía tu espectro-, y personajes casi ficticios; compartes sentimientos y reflexiones, es más, es justo sus reflexiones lo que más deseas. Que te sientes como una pequeña aprendiz de su gran maestría. Te sientes tan lejana y ridícula en su idolatrada comparación, que sientes que no compartes absolutamente nada con él, que nunca serás alguien en el que él pueda pensar como algo más que discípula, y en ese momento, justo en ese momento, te dedica unas palabras, solo a tí. Porque él es así de perfecto y sabe acertar en el momento justo, y entonces lo adoras más aún, lo adoras desde el más ínfimo pelo hasta la punta de los pies, y lo más que deseas es su fragancia.


                                                                                                          Porque a mí sí.

18 nov 2010

Waking up.

Como si un ruidoso despertador me despertase de un sueño perfecto, con esa sensación de angustia y esas ganas de llorar que te entran de repente al darte cuenta de la cruda realidad. De quedarte agazapado, atrapado por el miedo de la realidad.


·Porque soy como una cebolla, llena de capas. Y cuando la acabes de pelar, no tendrás nada, sino un millón de capas esparcidas por el suelo.
siento lo de Jane Doe.

14 nov 2010

Manojito de nervios.

He tenido un fin de semana I N C R E Í B L E, pero lleno de amargas ironías. Resultó que finalmente, después de mucho luchar, por una causa que creí perdida, logré ganarme aquel viaje a esa isla llena de recuerdos y de infancia. Al principio, daba por perdida mi relación con Lía, cada momento la veía más lejos. Vi a mis amigas, recordé y renové mis recuerdos. Vi a ese chico, ese que pronuncia las c's, ese que tiene poder en el insti pk es sobrino de CAMACHO, ese que estuvo con Camila y le rompió los esquemas, ese al que yo quiero tanto. Pero no solo lo vi, charlé con él un rato, y bueno... cómo decirlo, compartimos el sabor de un filtro. Lo pasé bien, pero no le dije todo lo que tenía que decir. No le dije que él me hace feliz y eso es simplemente lo que yo quiero hacer con él, hacerle feliz. No le dije lo tantísimo que me gustaron sus labios, su tacto, su conversación. Ese beso en la espalda que probablemente olvidó que me dio. Su forma de consolar a Lía, y de reirse de Rafa. Adoro su lengua, su aliento, su voz. Y pzz siguiendo su consejo, aquí estoy yo, posteando en mi blog-diario algo positivo, sín más ADV. Y si, pretendo que lo leas, y que te enteres de todo esto que he dicho, que las cosas no tienen que ser tan rígidas como parecen, que podrán ser como tú quieras.

11 nov 2010

Far away.

Cada día más lejos.

10 nov 2010

Gritos de ánimo desde los márgenes de la vida.

Empecemos otra vez. Ya nada tiene sentido, ni siquiera mis más profundas ensoñaciones. Siento que todo se ha ido y me ha dejado, como única sobreviviente de un holocausto. Simplemente me siento entre los escombros a esperar. Esperar sin esperanza. Como si nada de lo que me rodease valiese la pena, como si me pudiera librar de este agobiante cuerpo tan fácilmente; ni siquiera tengo noción de las necesidades humanas de comer y dormir, solo pretendo quedarme quieta observando el mundo, como si nada de lo que me rodease se percatase de mi presencia, como si no fuera parte activa de este todo tan estudiado. Rebusco en mi mente, y solo encuentro un ‘alguien’ de despiadados ojos observadores y que ama usar la cursiva de vez en cuando. ‘Algo’ que ensueña acurrucado y abrazado a una almohada de extravagantes colores.

Ya no puedo recurrir a mi coraza tan fácilmente, ahora todo me es más doloroso. Siento que estoy aquí para nada, o mejor dicho, que no sé para qué estoy aquí, en este profundo bosque. La diferencia entre antes y ahora es que antes caminaba, sin tener rumbo, y aunque fuera en círculos, caminaba, me movía, avanzaba. Ahora ya no, me paré y me senté a observar que tan largos eran los árboles, a buscar un camino entre la espesura, sin saber por primera vez hacia dónde dirigirme o qué hacer. Y mientras, mi cronómetro interior sigue corriendo. Y me exaspera quedarme aquí parada, sin avanzar nada, sin esperar, solo... parada, mientras que por dentro siento que me estoy atrasando en mi camino, que no voy por donde debería ir, que estoy perdida.






Y todo esto, a falta de un mes justo para mi cumpleaños.