20 nov 2015

Qué oxidadas tengo las manos de escribir, parece que se han quedado bajo la lluvia un invierno entero. Tantos emails oficiales, ensayos escolares y currículums profesionales han taponado mi arteria poética con colesterol del malo. Habrá que ser saludables otra vez y escribir sano y bonito; que la inspiración no me falte.

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